Deyanira Solano
Esta joven proviene de una familia cacaotera. Desde pequeña, Deyanira convivió entre árboles de cacao y de alguna manera sabía que algún día su vida estaría relaciona da con este fruto, “pero nunca tan pronto”.
Solano revela que fue su abuela la que le enseñó a trabajar con el cacao, pero que al principio “no fue por el dinero, realmente, no es posicionamiento, sino más bien una herencia familiar y, sin duda alguna, por la pasión”. Deyanira cuenta que su abuela lleva 44 años trabajando en actividades comunitarias con productos locales, todos ligados al cacao, por lo que tiene “experiencia” de sobra para confeccionar bien sus
productos.
Solano comenzó formalmente con Chocosol en el 2014, en una feria de emprendedores de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), donde
conoció a gente interesada en el proyecto. Aunque el negocio per se había comenzado un año antes. Luego, todo es historia. Hoy Deyanira posee el Choco Museo de Santo Domingo y el Choco Museo de Punta Cana. Sin contar su tienda principal, ubicada en su natal Hato Mayor.
Actualmente, Chocosol está dedicada a la producción de vino de cacao orgánico, con azúcar y sin azúcar; chocolate orgánico (digestivo); mermelada de cacao y almendras energizantes (sin azúcar), diseñadas para personas que padecen de diabetes o están en dieta.
“Mi papá es productor de cacao. Así comenzó el negocio de Chocosol, con la compra y venta de cacao nacional e internacional. Actualmente, distribuimos a Nestlé México y Hershey Company, en Estados Unidos”.
Pero el emprendimiento no llega solo ahí, pues Deyanira es una soñadora que siempre busca diversos productos para innovar y hasta fechas para diversificar sus negocios.