Restaurante español sustituye camareros por mesa interactiva (e-table)
Por Naiomis Tejeda
La Fundación Orange publicó el estudio “La transformación digital en el sector turístico”, donde se vislumbra las innovaciones que se han logrado a través de la tecnología en el sector español, sus ventajas y los retos que presenta.
En la publicación “La transformación digital en el sector turístico”, se mezclan un sinnúmero de criterios que pueden ser llevados a cabo este sector, partiendo desde los turistas hasta el rol que juegan las redes sociales. En ello, se muestra que en España el turismo es la actividad con mayor porcentaje de volumen de negocio en el comercio electrónico, por encima de la ropa, el marketing directo o la alimentación.
En la búsqueda por esta innovación y de cara a ofrecer servicios personalizados que van de la mano del turismo y la gastronomía uniéndolo con la tecnología, nace Imano restaurante, con la idea de saltar de los platos a las mesas interactivas para entregar experiencias gastronómicas sorprendentes.
Inamo es un restaurante situado en el Soho de Londres y especializado en cocina de fusión asiática. Desde el punto de vista tecnológico, su principal característica es que se trata de un restaurante basado en una mesa interactiva (e-table), que permite al cliente controlar de forma completa su experiencia en el establecimiento. El único contacto con los camareros se produce a la llegada al restaurante, cuando ofrecen las instrucciones básicas para usar la mesa interactiva, solicitar la comida y las bebidas.
En este peculiar restaurante, el menú se proyecta desde el techo del establecimiento en los platos que hay en frente de cada cliente. Después, la mesa se transforma en la pantalla táctil de un ordenador personal desde el que se puede ver, elegir y pedir la comida sin necesidad de la participación de un camarero. La petición va directamente al chef o al bar para conseguir un servicio más rápido y, posteriormente, es posible cambiar el diseño de la mesa interactiva para conocer qué se puede ver o hacer en los alrededores del restaurante, ajustar las luces, jugar a videojuegos o conectarse a la cámara que sigue al chef. Una vez finalizada la comida, desde la mesa es posible pagar la cuenta y pedir un taxi. El resultado es una experiencia de usuario notable y sorprendente, tanto desde el punto de vista tecnológico como gastronómico.